La temporada 1988 será recordada por los hinchas de Echagüe no solo por la meritoria quinta colocación del equipo dirigido por Volcan Sánchez en lo que fue la mejor ubicación histórica junto a la de 1990, sino también por la inolvidable temporada de Luís ‘‘Chuzo’’ González, quién fue el goleador de ese año. En esta nota repasaremos detalladamente una campaña que aún hoy añoran en la capital provincial.
LA PREVIA AL TORNEO
La temporada 1988 de la Liga Nacional tuvo como condimento que fue la primera que se disputó con un solo extranjero por equipo, una medida que obedecía a la delicada situación económica por la que atravesaba el país y como un intento de bajar los costos que implicaba para los clubes el armado de planteles con dos foráneos. Pero en contraposición se elevaron las cotizaciones de los jugadores nacionales que dominaban el mercado. De esta manera el poderoso Ferro Carril Oeste se hizo de los servicios de Sebastián Uranga, Sergio Aispurua y Aldo Yodice, sin dudas los mejores internos del país junto a Diego Maggi y Orlando Tourn, quienes continuaban en el equipo al igual que Cortijo, Darras y Maretto. Por nombres el equipo de Luís Martínez era el gran candidato en la previa. Quién también asomaba como retador era Olimpo de Bahía Blanca, que se hizo con tres figuras rutilantes: Hernán Montenegro, quien ese año seria drafteado por Philadelphia Sixers, Wilfredo ‘‘Fefo’’ Ruíz, goleador uruguayo de las primeras tres ediciones de la Liga Nacional, quién ocupaba ficha de nacionalizado, y Horacio ‘‘Tato’’ López, finalista con Ferro la temporada anterior. Otro de los posibles animadores era Pacifico de Bahía Blanca que había sido la revelación de 1987 al llegar a semifinales de la mano de Marcelo Richotti como estandarte y con Carlos Boismene como entrenador. Precisamente Boismene fue contratado por River Plate, que también incorporó al ‘‘Tola’’ Cadillac, al ‘‘Chuni’’ Merlo y a Luís Villar, además de Michael Wilson como extranjero. El campeón reinante era Atenas de Córdoba que mantuvo la base del equipo campeón en la temporada anterior, sumando a un juvenil Diego Osella como único refuerzo.
Por el lado de Echagüe no hubo muchos cambios en relación al equipo que culminó decimosegundo en la temporada anterior. El principal movimiento fue confiarle la dirección técnica al uruguayo Miguel Volcán Sánchez, un cultor del trabajo y la exigencia que venia para reemplazar al profesor Justo Reynoso. En cuanto al plantel, solo se incorporó al gualeguaychuense Carlos Delfino luego de su paso por Atlético Rafaela. Por su parte, Luís ‘‘Chuzo’’ González se preparaba para lo que sería su tercera campaña en el conjunto paranaense tras haber disputado la temporada inicial de la Liga Nacional con Unión de Santa Fe. Su progreso se veía reflejado en los números, ya que de 10,1 y 10,6 puntos en sus primeras dos temporadas, en 1987 escaló a 19,6 anotaciones por juego, culminando como goleador del equipo y entre los veinte principales goleadores de la competencia. Por lo tanto había mucha expectativa en formar un equipo competitivo con el ‘‘Chuzo’’ como arma ofensiva y con Dennis Still como el faro defensivo. El extranjero había llegado a Paraná a mediados de la temporada 1986 y desde entonces se destacó como un gran rebotero, siendo galardonado como el mejor de la competencia en ese rubro en seis ocasiones. La conducción se la repartirían el salteño Ricardo De Cecco y un conducto confiable como Horacio Pacheco, para el puesto de alero el rendidor Miguel Zandomeni y en la zona pintada para acompañar a Still dos obreros como Delfino y Mugherli. Además el equipo disponia de una gran cantidad de juveniles con mucha proyección como Marcelo Solanas y Ernesto Michel (campeones sudamericanos de cadetes), Santiago Vesco, Daniel Rhul, Paul Ortiz y Alejandro Altamirano.
PRIMERA FASE
El inicio no fue nada auspicioso y el debut fue con derrota en casa ante el ascendido Provincial de Rosario comandado por Carlos Romano. Luego vinieron dos derrotas más, una en el clásico provincial ante Estudiantes de Concordia como visitante y un nuevo traspié de local ante River Plate. El alivio llegó recién en la cuarta fecha con una gran victoria como visitante 74 a 71 sobre Pacifico de Bahía Blanca, con una descollante actuación del ‘‘Chuzo’’ autor de 39 puntos. En relación a las expectativas del equipo, por entonces el goleador de Villaguay le expresó a la revista Encestando que ‘‘Para esta temporada nos hemos preparado muy bien y a conciencia. Carecemos principalmente de gente con estatura, no obstante tenemos muchas ganas de trabajar y ayudar a que los más jóvenes del plantel se superen día a día. Quizás por esta falta de experiencia estamos perdiendo partidos en los últimos minutos, pero es obvio que así ocurra. ’’.
El equipo comenzó de a poco a entenderse, con Still y Gonzalez como puntales en defensa y en ataque respectivamente. Con el envión del triunfo en Bahía Blanca, en la quinta fecha se logró el primer triunfo en casa ante Unión Progresista y se preparaba para afrontar un duelo que aún hoy muchos recuerdan ante el gran candidato Ferro Carril Oeste, que hasta allí estaba invicto. En un colmado ‘‘Luís Butta’’ y en un partido con final apretado, Echagüe le ganó a Ferro por 89 a 86 con González como goleador con 25 puntos, secundado con una gran actuación de Carlos Delfino con 21 y Still con 16, quienes prevalecieron ante un rival que contaba con los mejores internos del país. Esta victoria fue clave para que el equipo tome conciencia que estaba para pelearle de igual a igual a cualquier rival.
Luego llegó otro triunfo en la ruta ante San Martín de Marcos Juárez que le permitió al equipo de Volcan llegar expectante en la cuarta posición con record de 4 ganados y 3 perdidos al receso de un mes por la participación del seleccionado en el Preolímpico de Montevideo. En la vuelta, tras la decepcionante actuación del conjunto nacional, Echagüe continuo con la racha positiva y venció a Provincial de visitante y a Estudiantes de Concordia en el ‘‘Butta’’, con una extraordinaria labor del ‘‘Chuzo’’ con 42 puntos. El final de la seguidilla fue con una derrota ajustada 91 a 88 ante River Plate, afianzado como líder absoluto del grupo. Con la clasificación asegurada a la A-1, la parte final de la primera fase fue con dos victorias como local (Pacifico y San Martín) y dos derrotas como visitante (Unión Progresista y Ferro Carril Oeste).
SEGUNDA FASE
El comienzo en la A-1 fue con dos derrotas, primero por la mínima ante Ferro en el ‘‘Butta’’ y luego por 17 ante Pacifico en Bahía Blanca. La primera victoria llegó en la tercera fecha como local ante un Olimpo desmembrado, ya sin Montenegro, ‘‘Fefo’’ Ruíz y ‘‘Tato’’ López. Este partido representó una de las últimas visitas de Aníbal Sánchez por la Liga Nacional en el estadio que lo cobijó desde su juventud y que tiempo después lo despediría con la histórica consagración en el Campeonato Argentino de 1989. Sumando solo una victoria en los siguientes cinco partidos (96-95 ante San Andrés como local en la 6° fecha) se alejó la posibilidad de culminar entre los cuatro primeros de la A-1 para evitar la primera ronda de playoffs. Pero una buena recta final lo dejó a un paso de la hazaña, ya que dos victorias en Bahía Blanca ante Estudiantes y Olimpo y dos en el “Butta” ante Pacifico y River lo ilusionaron con la clasificación directa a cuartos de final. Pero la derrota 91 a 88 ante San Andrés en suplementario lo privó del objetivo. La victoria en la última fecha por 84 a 80 ante River dejó en claro que el equipo sería en los playoffs un hueso duro de roer para cualquiera. El balance de 6 victorias y 8 derrotas lo ubicaron en la quinta posición, a tan solo una victoria de Pacifico y River y por debajo de Ferro y Atenas, que culminó sin inconvenientes en la primera ubicación de la segunda fase. Por último cabe destacar la tarea defensiva del equipo permitiendo solo 84,1 puntos por partido, siendo el mejor de la fase regular en este aspecto, tan importante para la filosofía de Miguel Volcan Sánchez. Tal vez el déficit fue la definición en los partidos ajustados, ya que en 5 de las 8 derrotas de la segunda fase fueron por 3 o menos puntos.
LOS PLAYOFFS
En los octavos de final el rival era el ascendido Peñarol de Mar del Plata, ultimo clasificado de la A-2. El primer partido se jugó en el “Superdomo” y fue victoria cerrada en favor del “Milrayitas” por 81 a 78, comandado por el interminable Adolfo “Gurí” Perazzo, autor de 29 puntos. Pero en Paraná apareció en todo su esplendor el “Chuzogol” y con 36 puntos en la revancha y 37 en el cotejo decisivo cerró la serie 2 a 1 en favor de Echagüe. El equipo se ilusionaba con lo que venia, una serie de cuartos de final para el infarto ante el siempre complicado Pacifico de Bahía Blanca. Pero dos días antes del primer partido sucedió un hecho extradeportivo que inclinó la balanza de la serie en favor de los bahienses. El ‘‘Chuzo’’, el jugador más desequilibrante de Echagüe y goleador del torneo, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por una inoportuna apendicitis. Hasta entonces el goleador de Villaguay compartía junto a Marcelo Milanesio el privilegio de ser los únicos con asistencia perfecta en los partidos de sus equipos desde el inicio de la Liga Nacional. A pesar de este inconveniente el equipo mostró toda su hidalguía y en homenaje al goleador ausente el primer partido en Paraná quedo en manos de Echagüe, liderado por el sacrificio defensivo de Dennis Still, la conducción y el goleo de Ricardo De Cecco, autor de 21 puntos, y el aporte de Paul Ortiz viniendo desde el banco con 17 anotaciones. La revancha en Bahía Blanca fue para los locales con un intratable Julio Ariel Rodríguez, quien con 34 puntos lidero a su equipo para que se lleve el triunfo por 93 a 81. Por el lado de Echagüe no alcanzaron los 30 de Dennis Still. En el cotejo definitorio el partido era dominado por los paranaenses hasta el final del primer tiempo, pero los bahienses, a pesar de la lesión que sufrió Manuel Forrest, pudieron quebrar el cotejo a su favor por la gran actuación de Marcelo Richotti desde la conducción. Para Echagüe no alcanzaron los 20 puntos de Diego Mugherli y los 15 de ‘‘Nito’’Michel. La eliminación puso broche final a una temporada que quedará en el recuerdo como el año del ‘‘Chuzogol’’.
Fotos: Gustavo Pirola y Revista Encestando