DATARetro: Mario Quinteros, una vida dedicada al basquet

Es uno de los máximos referentes del basquetbol provincial y a lo largo de su extensa carrera acumuló no solamente logros y hazañas deportivas, sino que también se ganó el respeto y reconocimiento de toda la provincia por su eterno amor al deporte.

Mario Quinteros es conocido en el mundo del básquetbol como ‘‘Chirola’’, y a pocos días de cumplir 83 años recuerda con una memoria prodigiosa su pasado junto al deporte que le dio sus mayores alegrías y que le dio lo más importante, su familia. Pasa sus días junto a su esposa de toda la vida, Sofía ‘Ñata’ Gallegos, con quién el próximo año cumplirá 60 años de casado.

Sus comienzos

Nació en Colón el 11 de septiembre de 1937 y se trasladó a muy temprana edad a Concepción del Uruguay por cuestiones familiares. Con una infancia humilde, se crió en un pequeño rancho de adobe y techo de paja ubicado frente al club División, donde a los 13 años comenzó a jugar con sus amigos del barrio. Por entonces la vieja cancha de polvo de ladrillo que tenia División se ubicaba en la esquina de Artigas y Cochabamba, donde actualmente se encuentra el estacionamiento de Parque Sur. A los 15 años sabia que sus condiciones necesitaban fortalecerse y toma una decisión que cambio su vida deportiva, sobre ello explica que ‘‘buscando mejorar es que decido irme a Rocamora’’, donde se encontraba dirigiendo una leyenda dentro del básquet como Don Julio Cesar Pacagnella.

Rocamora y sus primeros logros

Por entonces Rocamora ya era el amplio dominador de la provincia, y con 18 años debuta en la primera del equipo donde se destacaban figuras como Fernando Gondell, Luis Delorenzi o Joselin González. Su llegada al plantel se produce por la salida de uno de los baluartes del conjunto rojo como era Mario ‘‘Zurdo’’ Pérez. Su primer título provincial lo obtiene en 1955 en Paraná con la consagración en el Campeonato Entrerriano de Clubes Campeones, donde supera en la final al local Echagüe de Paraná. Sus buenas actuaciones lo catapultaron a la selección local, y al año siguiente debuta con la selección uruguayense y se consagra en el Entrerriano de Selecciones disputado en Concordia en diciembre de 1956.

Su meteórica carrera no le permitió en ese momento tomar dimensión de todo lo que vivió, pero hoy repasando su trayectoria afirma ‘He tenido mucha suerte, con el tiempo y sobre todo cuando leí el libro del profesor Orlando Cesar Busiello, tomé dimensión de quién fue Fernando Gondell, mi compañero durante seis o siete años, un verdadero monstruo del basquet’’.

Durante su paso por Rocamora integró uno de los quintetos más recordados en la entidad del boulevard Irigoyen junto a otras glorias como Paulino ‘‘Lito’’ Delorenzi, Oscar ‘‘Cacho’’ Dutra, Luis ‘‘Queso’’ Delorenzi y Fernando ‘‘Nando’’ Gondell.

La selección provincial y su injusta condena

En 1957 se produce su debut con la camiseta de Entre Ríos disputando el XXIV Campeonato Argentino de Mayores llevado a cabo en la ciudad de Bahía Blanca. En relación a su primera participación destacó que ‘‘Prácticamente no jugué porque Julio Pacagnella, que era el entrenador, tenia una característica y era que prácticamente usaba solo cinco jugadores, algo que en ese momento yo no pude analizar y solo pude entender cuando comencé a ser técnico’’. Más allá de esta situación, el equipo cumplió y pudo quedarse con la rueda consuelo culminando en la novena posición.

Durante ese mismo año se hace cargo de la dirección técnica del equipo femenino de Rocamora y en enero de 1958 se consagra campeón del primer torneo oficial femenino de la Asociación de Concepción del Uruguay, superando en la final al Racing comandado por Yolanda Ventos.

Luego de esta experiencia ‘‘Chirola’’ siguió destacándose en Rocamora y en la selección local, lo que le permitió integrar nuevamente la selección provincial en el Argentino de Mayores en Formosa en 1961 y en Mendoza en 1963. Pero este último torneo fue un quiebre en su historia deportiva. Una discusión con un compañero de equipo derivó en que fuera injustamente separado del plantel a mitad del torneo. Sobre lo vivido en ese momento recuerda que ‘‘el equipo era una verdadera anarquía, fuimos sin entrenar previamente y por ejemplo se hacían apuestas para ver quién ingresaba en el próximo partido’’. Una vuelta solitaria y triste en colectivo a su ciudad y posteriormente lo peor. Un informe lapidario por parte del entrenador Eduardo Giqueaux lo termino condenando a ‘Chirola’’ a dos años de suspensión para jugar a nivel asociativo y cinco años para integrar selecciones provinciales. Nunca pudo defenderse de las acusaciones y a pesar de los sucesivos intentos de que le fuera levantada la pena tuvo que cumplir dos años sin jugar. Esta situación le costo además alejarse del club que lo cobijo durante casi una década.

Una nueva etapa

A pesar del duro golpe, durante su suspensión ‘‘Chirola’’ no bajo los brazos como nunca en su vida ‘‘durante los dos años de la suspensión, dos o tres veces por semana iba solo a tirar al aro al club Pescadores’’. Pero el 3 de mayo de 1963, unos meses después de la suspensión, un giro del destino le abrió un nuevo camino. Ese mismo día le ofrecieron dirigir la primera división de Pescadores que debutaba en el torneo local. Y en la fría noche de esa jornada se produjo su debut en el banco de Pescadores en el partido que enfrento al equipo de División. Fue el comienzo de una extensa y exitosa trayectoria como entrenador.

Tras cumplir la sanción pudo volver a jugar en Pescadores, donde cumplía la doble función de jugador y entrenador. Y al poco tiempo, como un guiño a su figura, el mismo Eduardo Giqueaux gestionó para que se le levante la sanción y lo convocó a la selección local para disputar el Entrerriano de Selecciones de 1965 en Concordia.

Uno de los hechos que más recuerda en su regreso fue el subcampeonato local con Pescadores en 1967, donde tras igualar en la primera posición con el multicampeón Rocamora debieron definir el campeonato en tres reñidas finales. Y sobre esos partidos recuerda una risueña anécdota. En el primer partido ganó Rocamora 62 a 42 como local, y para el siguiente partido Pescadores tuvo un plan que desconcertó al conjunto rojo. ‘‘Rocamora era fuerte en el rebote con Broggi y Rivero, eso le permitía correr en contraataque con el ‘Tucumano’’ González. Pero nuestro presidente había viajado a Estados Unidos y trajo una pelota Spalding. Así que entrenamos en la semana con esa pelota, y Rocamora al enterarse intentó que no jugáramos con ese balón. Pero nuestro delegado Jorge Satto fue muy inteligente y fue a la reunión de la Asociación con un reglamento y les explicó que lo único que decía era que el balón debía ser de goma o cuero y tener la circunferencia y peso establecidos. Fue así que jugamos con la Spalding, pero le puse varias libras demás para que no haya rebotes cortos’’. La táctica dio resultado y ganó Pescadores 26 a 24, forzando a un tercer partido que se disputó el 12 de agosto ante dos mil personas en la vieja cancha de Rivadavia. Allí prevaleció la experiencia de Rocamora que ganó 47 a 39, obteniendo su trigésimo campeonato consecutivo.

De Izquierda a Derecha.Ñuñez(Arb).Gonzalez ( R ).-Lauria( P )
Degracia( R ).-Cabrera( P ).-Delorenzi( R ).-Erpen( P ).-Claa( R ).-Angel Quintero( P ).-Palladino( R ).-M.Quinteros( P).-Cas-
taldi (Arb)
1967 – Final Rocamora vs Pescadores – De Izquierda a Derecha: Nuñez(Arb), Gonzalez (R), Lauria(P), Degracia(R), Cabrera(P), Delorenzi (R), Erpen (P), Claa (R), Angel Quintero (P), Palladino (R) M. Quinteros (P) y Cas-
taldi (Arb).

En 1970 se despidió de la selección provincial disputando en Catamarca su último Argentino de Mayores, aunque en esa ocasión su convocatoria obedeció a que los dirigentes le manifestaron que lo tomara como preparación para su incipiente carrera como entrenador. En 1968 ya había debutado al frente del seleccionado juvenil en el Argentino de Goya, teniendo sus mejores actuaciones en los campeonatos juveniles de 1973 en Mar del Plata y 1985 en Neuquén, donde en ambas el seleccionado provincial fue subcampeón. Sobre el equipo juvenil de 1973 destacó ‘Sin distinción de categorías fue uno de los mejores planteles que dirigí, un grupo de tremendos jugadores’’.

En 1973 mientras estaba a cargo de la dirección técnica de Pescadores, los fines de semana también dirigía las inferiores de Social y Deportivo San José. En septiembre de ese año se fusiona el club Pescadores con el club División y le dan origen a Parque Sur. A partir de entonces ‘‘Chirola’’ se convierte en entrenador de todas las categorías de la naciente institución. Su locura por el básquet lo hizo aceptar en 1976 la dirección técnica de Estudiantes de Concordia, labor que cumplía los fines de semana mientras su ayudante desarrollaba durante el resto de los días el plan de trabajo que él le dejaba. Con el conjunto concordiense participó del Campeonato de Clubes Campeones que se jugó a fines de abril de 1977 en la ciudad de San Salvador, donde pudo darse la satisfacción de superar a Rocamora, que tenia el plantel que había sido la base del seleccionado provincial que participó unas semanas antes del Argentino de Mayores disputado en Córdoba.

La etapa de Liga Nacional

El gran cambio del básquet nacional se produjo con la creación de la Liga Nacional, el torneo soñado por León Najnudel que movilizó a todo el país. Fue entonces que en 1985 se disputa la primera edición de la Liga Provincial que lo encontró a ‘‘Chirola’’ dirigiendo a La Unión de Colón. El equipo cumplió una aceptable campaña y no pudo acceder al cuadrangular final tras un triple empate con Neptunia y Regatas, siendo los de Gualeguaychú los que accedieron a la definición. Al año siguiente volvió a Parque Sur para dirigirlo en la Liga Provincial que contó con la presencia de jugadores extranjeros en la mayoría de los equipos. El conjunto de Quinteros realizó una excelente temporada finalizando en la tercera posición detrás de Social y Deportivo San José y Olimpia de Paraná, que fueron los clasificados a la Liga C. Ese equipo contó con dos figuras destacadas, el estadounidense John Billips y un intratable Guillermo Frossard, según Quinteros el mejor jugador que dirigió.

Parque Sur 1986 – ARRIBA: Mario Quinteros (DT), Valentin Dafarra, Gabriel Carpenco, Jhon Billips, Luis Diaz, Guillermo Pescio, Guillermo Frossard y Gustavo Ucciani (PF).- ABAJO: Guillermo Moscatelli, Jorge Delorenzi, Mario Quinteros, Daniel Gomez, Edgardo Schmidt, Dario Richard y Marcos Conte (Utilero).

En 1990 tuvo su momento de gloria cuando se consagró campeón de la Liga Provincial al superar en el triangular final a Rocamora y a Olimpia de Paraná. Por estos días, gracias al aporte del colega Santiago Reutemann, pudo revivir esa hazaña del equipo del Puerto Viejo y al respecto manifestó que ‘‘Pude verlo hace poco y fue espectacular, ese título fue la concreción de una gran esperanza, primero con Pescadores yo soñaba con ganar el Oficial derrotando a Rocamora, y después lo soñé con Parque Sur, y aunque no lo logré en el Oficial lo pude concretar en el Provincial’’.  

Final Liga Provincial 1990 – Parque Sur vs Olimpia de Parana

Posteriormente en 1994 dirige a Rivadavia y allí sí pudo sacarse la espina de ganar el certamen asociativo con un plantel juvenil liderado por algunos veteranos y superando a Rocamora en la final.

Rivadavia Campeon Oficial 1994 – (Facebook Recuerdos del Deporte Local)

En 2002 mientras dirigía las inferiores femeninas de Juventud Unida de Gualeguaychú le surgió la posibilidad de dirigir a BH en la Liga C por pedido de Norberto Santini, quien jugaba en ese equipo y recomendó a los dirigentes su contratación. De esa experiencia recuerda con satisfacción haber tenido entre sus dirigidos a Adrián Forastieri, por entonces una joven promesa que aún hoy sigue vigente.

Al año siguiente, en su búsqueda constante de nuevos desafíos y amor al básquet, le surge por intermedio de Horacio Guglielmino una propuesta para dirigir a Independiente de Avellaneda. Con el visto bueno y el apoyo de ‘Ñata’’, su inseparable compañera, aceptó el desafío. Allí enfrentó a los mejores equipos del ámbito capitalino y disfrutó poder seguir ligado a su pasión.

Posteriormente volvió a la ciudad para tomar las riendas de las intermedias de Almafuerte durante dos años. Y en 2007 en Atlético Saladas se produce su última actuación como técnico, realizando un gran trabajo.

Al regresar de Corrientes tenía expectativas de volver a dirigir en la ciudad. Pero en enero de 2008 se le presentó un rival inesperado, una enfermedad que ‘‘Chirola’’ logró superar en cuarenta y dos sesiones con su característica tenacidad. Luego de esta situación aguardó una nueva oportunidad que nunca llegó, y sobre esto dijo ‘a partir de ahí me jubilaron de oficio, nunca mas conseguí club a pesar que estaba en mi plenitud intelectual y física’’. Fue un momento duro de superar y sobre ello afirmó que ‘‘fue muy bravo, porque no era solo la dirección técnica, era el tema de la enseñanza, uno quiere seguir enseñando hasta los cien años’’.

Como para superar el mal trago y casi por casualidad, por insistencia del colega Javier Grattarola, se animó a incursionar en el mundo del periodismo. Es así que desde hace varios años tiene tiempo para hablar de su pasión en su programa Doble a Doble que se emite por FM Sensaciones 90.5 los días lunes, martes y jueves a las 21 horas.

Vaya este recuerdo a una figura eterna como MARIO RICARDO QUINTEROS.

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